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IRPF para dummies: así funcionan los tipos marginales

10/5/2022
IRPF para dummies: así funcionan los tipos marginales | Vivus.es
Autor
Vivus

El IRPF es un impuesto directo y progresivo que grava las rentas obtenidas por el contribuyente a lo largo de un ejercicio fiscal. Es decir, para el cálculo de la cuota, se tienen en cuenta todos sus ingresos y se aplica un tipo impositivo, del que resulta la cuota impositiva a pagar.

Pero, ¿cuál es el tipo aplicable del IRPF? La pregunta, aunque parezca sencilla, en realidad está llena de matices. De hecho, se calcula en función de los conocidos como tipos marginales. Sin embargo, posiblemente no lo estés calculando bien, ya que es un error muy habitual entre los contribuyentes.

Tramos del IRPF

Existen dos tipos diferentes de tramos del IRPF: los que se aplican sobre los rendimientos del trabajo (los ingresos obtenidos como asalariados o autónomos) y los que se aplican sobre los rendimientos del ahorro (es decir, los obtenidos por la venta de productos financieros).

Los primeros son los siguientes:

 

Los tipos del ahorro, por su parte, tienen los siguientes tipos impositivos:

Cada uno de ellos se aplica por separado. Es decir, primero habrá que calcular la cuota a pagar por los rendimientos del trabajo (dentro de la base general) y, posteriormente, hacer lo mismo para los rendimientos del ahorro (utilizando la base imponible del ahorro).

Los mitos sobre los tipos marginales

El IRPF, al ser un impuesto progresivo, no grava proporcionalmente la adquisición de renta. Es decir, aplica un gravamen superior a quien más rentas e ingresos obtienen y, por este motivo, está estructurado sobre varios tramos sobre los que recaen cada una de las tarifas explicadas en el apartado anterior. 

Sin embargo, un error muy común es pensar que el tipo marginal se aplica sobre la totalidad de la renta. En realidad, el IRPF no funciona así. Si se aplica el tipo de gravamen de esta forma estaríamos ante el conocido como error de salto. En consecuencia, sería un impuesto por clases, es decir, un tributo en el que se fraccionan las bases liquidables en intervalos, haciéndole corresponder a cada uno de ellos un tipo que se aplica a la totalidad de la base liquidable.

De hecho, esta forma de cálculo podría conducir a situaciones tan aparentemente absurdas como el hecho de que una subida de sueldo bruto provocase, en realidad, una disminución de la renta del contribuyente. Una creencia compartida por muchos, pero que no deja de ser un mito.

Entonces, ¿cómo funcionan los tipos marginales en el IRPF?

En realidad, en cualquier impuesto progresivo y, por supuesto, en el IRPF, se fragmenta la base liquidable en tramos de acuerdo a lo que marque la propia tarifa y se aplica a cada uno de los tramos resultantes el tipo de gravamen correspondiente. Dicho de otro modo, se aplica el tipo correspondiente al tramo de renta únicamente sobre la parte de nuestra renta que supere ese tipo marginal. Por este motivo se distingue entre tipo marginal y tipo efectivo.

Pero veámos lo mejor con un ejemplo, imaginando un trabajador que haya obtenido una renta de 45.000 € durante el ejercicio 2020. Por simplificar, la base liquidable será, también de 45.000 €. En este caso, la creencia general es que a esta renta se le aplica un gravamen del 37%, dando como resultado una cuota a pagar de 16.650 €.

Sin embargo, si se aplica el cálculo real, la cuota es mucho menor. Se tendría que calcular primero la cuota correspondiente a cada tramo. En este caso: 

  1. Se aplica el 19% sobre los primeros 12.450 €, dando como resultado un total de 2.365,50 €.
  2. Se aplica el 24% sobre los 7.750 € siguientes (20.200 € - 12.450 €), es decir, un total de 1.860 €.
  3. Se aplica el 30% sobre los 15.000 € siguientes (35.200 € - 20.200 €), con un resultado de 4.500 €.
  4. Finalmente, se aplica el 37% € sobre los 9.800 € restantes hasta 45.000 €. En total, esto da como resultado 3.626 €.

En total, este contribuyente pagará un total de 12.351,50 €, que es la suma de la cuota a pagar en cada uno de los tramos.El tipo efectivo será del 27,44%, bastante inferior al 37% que se pagaría si se aplicase el error de salto.

Esto mismo ocurre con el cálculo de cualquier otra renta, siendo un cálculo más complejo e indirecto que si se aplicase de forma directa, pero al menos es más justo.

Nunca digas no a una subida de sueldo

En resumen, si estás pensando en rechazar un sueldo pensando que, como consecuencia de pasar de tramo en el IRPF vas a acabar cobrando menos, debes desechar esa idea. El IRPF no funciona así, y el sueldo no desciende en ningún caso si pasamos de un tramo a otro.

Como hemos visto, esta interpretación surge consecuencia de una incorrecta interpretación del funcionamiento de los tipos marginales en el IRPF. En resumen, sin duda, nunca digas “no” a una subida de sueldo, a alquilar una vivienda o a hacer un trabajo para otro cliente como autónomo. Al menos, si la única justificación para hacerlo es creer que vas a cobrar menos.

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