Un gasto médico inesperado a final de mes o en un momento de poca liquidez puede dejarnos momentáneamente “fuera de juego”. En estos casos en los que el dinero no puede esperar, la solución puede ser un préstamo rápido que podamos devolver cómodamente una vez superado el bache.
Un gasto médico inesperado es el coste a asumir por solventar una emergencia relacionada con la salud que no puede esperar. No se puede determinar cuándo ocurren, ya que son urgencias que pueden golpear nuestra economía de un día para otro.
En España la sanidad es pública y muchos de nuestros problemas se solucionan en nuestro médico de cabecera. Sin embargo, hay casos específicos en los que el sector público no cubre el asunto, como en casos más relacionados con la salud dental u oftalmológica, o incluso con la estética. Por ejemplo, un empaste dental para una caries varía entre los 34 y los 96€ en España el año 2025, unas gafas graduadas pueden costar 69€ en las ópticas más económicas y una visita al dermatólogo por un lunar sospechoso puede variar entre 50 y 100€, solo por la consulta. Gastos más elevados podrían ser encargar una dentadura nueva, un gasto de mínimo 600€ que puede llegar a los 9000, o cubrir la ortodoncia de los niños, un gasto de hasta 3000€ que la seguridad social no cubre.
La realidad es que algunos hogares españoles no tienen margen para absorber estos imprevistos. Según el 'IV Observatorio Cofidis de Economía, Sostenibilidad y Nuevas Tendencias de los Hogares Españoles 2025', uno de cada diez hogares españoles no podría asumir un imprevisto de 1000€ sin ayuda porque no tienen capacidad de ahorro, ya que el 31% de las familias españolas vive con menos de 2.000 euros al mes. Es decir, un 10% de la población se encuentra en situación de riesgo a la hora de afrontar un gasto que llegue a las cuatro cifras. Por desgracia, aquí se ve la diferencia entre las familias que tienen capacidad de ahorrar y crear un colchón de emergencia y las que no. Si este es tu caso, no te preocupes. Para ayudarte en estos momentos puntuales de necesidad, existen los préstamos rápidos. Pero, antes de decidir si pedir uno o no, vamos a analizar la naturaleza del gasto.
Antes de pensar en cómo pagar un gasto, conviene analizar qué tipo de gasto es y qué nivel de urgencia tiene. Hay gastos urgentes que realmente no pueden esperar: una caries, una rotura de gafas… Pero hay otros, como revisiones o tratamientos, pueden mantenerse en la cola de tareas pendientes hasta la siguiente paga. Incluso una rotura de gafas, si solo afecta a la montura y puedes seguir viendo bien, puede ser algo que aguante unos días hasta que cobres, siempre que no comprometa tu seguridad.
También se puede analizar los tratamientos o soluciones que pueden conseguirse a través de la sanidad pública, incluso aunque tengas que esperar más de lo necesario. En temas de salud, la rapidez es la clave, pero debemos separar qué es relevante y qué no. Esa elección la dejamos a criterio personal tuyo, aunque nos gustaría poner un ejemplo: una sesión de fisioterapia puede ser muy útil para tratar una lesión. Si el profesional considera que no es urgente y se trata de una molestia leve, quizá puedas reprogramarla para un momento de mayor solvencia económica, siempre siguiendo su recomendación.
Si crees que no existe ya más opción que la de realizar el pago, entonces pide al médico o profesional un presupuesto detallado y no orientativo, así sabrás cuánto costará exactamente tu tratamiento o solución, sin sorpresas, y podrás valorar si asumirlo de tu bolsillo o pidiendo una ayuda externa.
¿Puedes reorganizar tu presupuesto para asumir el coste sin quedarte sin dinero? Quizás pienses que no, pero si tienes un colchón de ahorros o ajustas tus pequeños gastos (como cancelar las suscripciones a plataformas de streaming, reducir el ocio y los pequeños caprichos o hacer compras más inteligentes en el supermercado) puede que consigas reunir el dinero suficiente para afrontar el gasto. Si no lo cubres todo, quizás sí puedas reunir 20 o 50 euros que evitarás pedir prestados en el momento de financiar con un crédito.
Eso sí, no deberías tener que sacrificar tus gastos fijos para reunir el dinero. Hipoteca, alquileres, facturas o transporte son gastos inevitables. Si ves que no llegas a todo es cuando tiene sentido valorar un préstamo rápido y puntual.
Algunas empresas ofrecen a sus trabajadores lo que se denomina como un seguro médico de empresa o seguro de salud corporativo. Es básicamente una póliza que se ofrece como un beneficio para los empleados. La compañía absorbe todo el coste, o parte del precio de la prima, y el seguro puede incluir chequeos médicos, diagnósticos, salud dental, etc. Revisa tu contrato para saber si tienes un seguro médico del que no sabías nada. Por otro lado, si no lo tienes, podrías hablar con tu empresa para proponérselo, ya que este gasto tiene una deducción del 100% del coste de las primas en el Impuesto sobre Sociedades.
Un préstamo rápido es una solución financiera para cuando necesitas dinero de forma inmediata, sin papeleos ni burocracia. Todo el proceso se hace desde el móvil o el ordenador, en pocos pasos. Además, se puede conceder en plazos cortos, de 15 minutos a 24 horas. Por lo tanto, si tienes un gasto imprevisto, como uno médico, es la herramienta perfecta para solventarlo.
En Vivus préstamos pequeñas cantidades de entre 50 y 300 €, pensadas para cubrir urgencias del día a día. Ahora bien, para los clientes más fieles nuestros créditos aumentan hasta los 1400€.
Los plazos de devolución de los préstamos rápidos suelen ser breves. En el caso de Vivus, pueden ser 30 días en el caso de los minicréditos (aunque puedes liquidarlo antes, si consigues el dinero cuando aún no ha terminado el plazo) o de 61 días si hablamos de nuestros préstamos personales. Existe también la posibilidad de prórrogas en algunos de nuestros préstamos.
El objetivo de los préstamos rápidos es ayudarte a pasar por un pequeño bache económico que podrás devolver después, nunca solicitarlos para pagar otros créditos y endeudarse aún más.
En Vivus contamos con todas las medidas de seguridad y flexibilidad para que puedas solicitar tu préstamo y te llegue en minutos. Nuestros sistemas de verificación como Tink comprueban rápidamente tu perfil para determinar si eres apto para el crédito. Podrás devolverlo en 30 o 61 días, según tus necesidades.
Tras superar el bache es buen momento para plantearse qué hacer para que no se repita. El arma más efectiva en estos casos es crear un colchón de emergencia de, al menos, 1000€. Así no volverás a sufrir un susto como este. ¿Y cómo lo creas? Pues poco a poco. Ir apartando pequeñas cantidades al mes ya puede marcar la diferencia. Lo ideal sería que pusieras 100€ dentro del colchón cada mes, ya sea en metálico o en otra cuenta del banco. Así, en diez meses tendrías tu objetivo de llegar a los 1000€ cumplido.
Te dejamos otras dos ideas de ahorro que podrías tomarte como un reto para tener un fondo de emergencia en el futuro:
Otro hábito que podrías comenzar es revisar los gastos médicos que sueles tener cada año: dentista, gafas, revisiones, fisioterapia… Si sabes que tarde o temprano te tocará pasar por ahí, puedes reservar una cantidad fija cada mes para lo que llamamos una “hucha de salud”. Podrías, incluso, plantear un seguro de salud que cubra imprevistos dentales y oftalmológicos.
Ayuda apostar por la prevención: revisiones periódicas, higiene dental, cuidado de las gafas, hábitos saludables o evitar retrasar problemas pequeños que luego se hacen caros. Muchas urgencias aparecen porque dejamos pasar algo que podría haberse solucionado antes con un poco de esfuerzo.
Y por supuesto, si has usado financiación para cubrir el gasto, cumple con tu plan de devolución, evita nuevas deudas, sigue trabajando en mejorar tu economía y ve poco a poco; Roma no se construyó en un día.
